Y llegar hasta ahí fue un gran avance pero solo después de varios años mas y de seguir tropezando mil veces en la misma piedra, pude decidir : "Que empiece por mí".
Yo era violenta con la palabra, era sarcástica, por momentos era feroz...
Ahora se que por muchas razones esa era una forma de autodefensa. La única forma que yo tenía de decirles a los demás que no iba a aceptar lo inaceptable, que me estaban ofendiendo. Esa era mi pasión, y defender esa posición era un viejo desafío que me habían trasmitido de niña.
Lo malo no es la pasión, la ira es un sentimiento humano. Lo malo era cuando entraba en un constante estado de ira.
Cuando la ira se me volvió ingobernable, desesperada, decidí llamar al que había sido mi primer psicoanalista en Madrid, RG. Tuve que juntarme de una enorme valentía para ir y hablar del tema que había negado toda la vida: "el maltrato", cada vez que RS me sacaba el tema yo me escaba de mi tratamiento y no volvia por meses... Esta vez le pedí una entrevista puntual después de años que no lo veía, me senté frente a él y de dije: " estoy maltratando a mis empleados, soy una maltratadora". R me preguntó: " te pasa con todos o solo con algunos?". "No, me pasa con algunos, con otros no tengo problemas". Entonces se recostó en su sillón y con una leve sonrisa me dijo: "Pues, que se curen ellos".
Luego hablamos de otras cosas, de trabajo, de cine... y cuando salí de su consulta caminado hacia Chamberí me sentía impresionada, la verdad es que, en el fondo, sentía un alivio, pero al mismo tiempo me parecía una broma... como si me estuviera tomando el pelo... Me hacia acordar de los primeros tiempos de análisis con este analista , que una vez me dijo que "yo era demasiado buena..." Había despertado cierta curiosidad en mi que me dijera eso porque me hacía pensar que me quería decir otra cosa, desde luego yo jamás iba a creerle semejante ironía...
Creo que fue una de las razones por las que yo había dejado el análisis con él incluso después de varios años.
Sin embargo siempre tuve y tendré un enorme respeto por este lacaniano.
Estuve unos días dándole vueltas a eso de "que se curen ellos" y me hacia bien, me había aliviado a pesar de que no le encontraba la lógica, entonces decidí usar esa interpretación estratégicamente. Cuando me enfurecía con alguno de mis empleados porque hacían mal su trabajo les decía que ellos estaban autorizados a decirme todo lo que quisieran, incluso gritar, pero la condición era que el trabajo estuviese bien hecho.
De todos modos la frustración de no poder hacerme entender me llevó a hacer que mi vida se volviera ingobernable. Me metí en una relación tortuosa con un cocainónomo y perdí absolutamente las riendas de mi negocio, lloré y lloré por meses y con la poca fuerza que me quedaba empecé a pedir ayuda a mi médico de cabecera y me tuvo dos años con antidepresivos... y empecé a cuidarme muy poquito a poco, viví unos años de mucha angustia y a la vez de cuidados hacia mi misma... Estuve mucho tiempo saliendo y entrando en la desesperación...
Tengo que admitir que mi deseo de recuperación fue mas fuerte que aquella locura y sin saber como ni de que forma encaminé mi deseo de retornar a la Argentina.
Me fui un año a Marruecos ( esto continuará )
El Universo conspiró y apenas llegué a San Fernando busqué a los grupos Alanón, que ya conocía de antes y rápidamente, como un bálsamo entraba en mí una energía nueva y revivificante. Iba a los Grupos cinco veces por semana.
Mi querido adicto también había venido conmigo a Argentina, pero a los cuatro meses se volvió a España. Yo había dejado de pelearme con él, de reclamarle por sus conductas inapropiadas y por sus constantes abusos. En cambio le había reconocido, que a pesar de tanta locura, yo lo había querido muchísimo y que siempre iba a quererlo.
En Alanon me encontré con el lema: "Que empiece por mi".
Y me pareció tan racional, tan lógico, tan elevado e inteligente...